El ilustrador de novelas de mal gusto Rüdiger vive divorciado con más de la mitad de la custodia de su hijo preadolescente Max y dejó de tener citas porque la paternidad asusta a los flirteadores, pero su compañero de floristería Jürgen organizó una cita a ciegas a sus espaldas, y le ordenó guardar silencio sobre Max. La profesora universitaria Marlene, que no consiguió una cita desde que tuvo a su hija preadolescente, fue engañada de manera similar por su compañero Pauli para que tuviera una cita con Rüdiger. Los dos se llevan bien, comienzan una aventura "sin ataduras", pero se sorprenden cuando la verdad sale a la luz, sus hijos ya desconfiaban de ellos.