En un futuro no muy lejano, los androides se han vuelto de uso común. Tomando a los androides como algo dado, los humanos los tratan como si fueran herramientas comunes de todos los días, mientras que por otro lado, algunas personas empatizan con los androides debido a su apariencia similar a la humana (salvo por un anillo digital flotando sobre sus cabezas). Esto se ha convertido en un problema social y estas personas son miradas con desaprobación como resultado.
Rikuo, quien ha dado por sentado a los androides durante toda su vida, un día descubre que Sammy, su androide doméstico, ha estado actuando de manera extraña y encuentra una extraña frase registrada en su registro de actividades. Él, junto con su amigo Masaki, sigue los pasos de Sammy y se encuentran con un café inusual.