Fuiko Hashida (Shinozaki) tiene su propio salón de manicura en Tokio. Se le informa de la muerte de su padre un día. No ha hablado con su padre en ocho años y desde que dejó la ciudad natal y se peleó con él. Regresa a la ciudad para el funeral. Casualmente usa anteojos y viaja ocho años al pasado y ve la ciudad como si fuera entonces. Recuerda que en ese momento el pueblo tenía problemas con un negocio y un hombre de negocios que tiraba basura y destruía la naturaleza. Ella resuelve cambiar el futuro de la ciudad.