Sin embargo, otro trágico aborto involuntario saca la vida de Adaeze fuera de control. El diagnóstico médico de que nuevos intentos de embarazo serán difíciles significa que Adaeze debe enfrentar la realidad de la situación con su esposo, Nonso. Adaeze evalúa el vacío que ahora queda dentro de ella mientras lucha con la culpa, las presiones de la iglesia y decide cómo contarle a su esposo sobre las realidades médicas. Solo al tomar el asunto en sus propias manos, aprende cómo mitigar sus sentimientos de culpa y encontrar un cierre. Al luchar contra sus cuestiones internas de expectativas religiosas y sociales, debe emerger como una mujer libre de todas las presiones externas.