Es la década de 1950 y Giuseppe recibe una carta de su amigo Franco, que trabaja en Suecia. Escribe que Suecia es un país maravilloso con altos salarios, atención médica gratuita y, lo más importante, las chicas son hermosas. En resumen, es un paraíso y Giuseppe viaja a Suecia para trabajar. Pero, como pronto se entera, Franco no fue completamente franco con él. Los impuestos son altos, el café es como el agua de los platos, no hay vino en el restaurante y, lo peor de todo, ¡no hay billar!