Eddie Marino es un trabajador de fábrica en la ciudad de Nueva York. Tiene una esposa llamada Vickie y un hijo llamado Scott. El amigo y compañero de trabajo de Eddie, Nick, y algunos de los otros trabajadores de la fábrica han formado un grupo de vigilantes porque Nick y el grupo están hartos de los chulos, pandillas y traficantes de drogas que siguen tomando el control de los vecindarios. Nick y su grupo también están cansados de la policía, ya que la policía siempre falla en proteger a las personas que se convierten en víctimas.
Eddie regresa a casa del trabajo una noche, solo para descubrir que Vickie ha sido apuñalada y Scott ha sido asesinado a tiros. Frederico "Rico" Melendez, el líder de una pandilla callejera puertorriqueña, es arrestado por la apuñalada de Vickie y el asesinato de Scott. La Fiscal Adjunta Mary Fletcher planea poner a Rico tras las rejas durante el mayor tiempo posible, ya que Nueva York no tiene la pena de muerte.
Nick intenta convencer a Eddie de unirse al grupo de vigilantes, pero Eddie rechaza a Nick, prefiriendo dejar que los tribunales se encarguen de Rico. Nick deja en claro que no tiene fe alguna en la policía y el sistema judicial. El caso contra Rico no llega más allá de la acusación. El corrupto Juez Sinclair libera a Rico con una sentencia suspendida de dos años. Eddie enloquece y trata de estrangular al Juez Sinclair, quien lo sentencia a pasar 30 días en la cárcel por eso.
Fue el mano derecha de Rico, Prago, quien disparó el tiro que mató a Scott mientras Rico apuñalaba a Vickie. Prago también pagó al Juez Sinclair para liberar a Rico. En la cárcel, Eddie entabla amistad con un recluso llamado Rake. Tan pronto como Eddie es liberado de la cárcel, cambia de opinión sobre el grupo de vigilantes de Nick. Eddie se une al grupo para poder ir tras Rico, Prago y el Juez Sinclair.
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