Zhang Shumei es una enfermera acusada y despedida por matar accidentalmente a su paciente. Luego, su hija es secuestrada y, como no puede encontrar justicia para ella ni para su hijo, decide poner fin a su vida. 30 años después, su hijo regresa como un cirujano internacional de primer nivel al hospital en el que solía trabajar, y está decidido a hacer justicia para su madre.