En una fría noche de diciembre, María caminaba por las calles iluminadas por luces navideñas. Estaba preocupada por encontrar el regalo perfecto para su hijo, Juan, quien había sido muy bueno durante todo el año.
Después de recorrer varias tiendas, finalmente encontró un juguete que sabía que a Juan le encantaría. Sin embargo, al llegar a la caja se dio cuenta de que no tenía suficiente dinero para comprarlo.
Desesperada, María decidió pedir ayuda a un extraño que estaba cerca. Para su sorpresa, el hombre resultó ser un ángel disfrazado que le ofreció el dinero necesario para comprar el regalo. María no podía creerlo, era un verdadero milagro de Navidad.
Con lágrimas en los ojos, María agradeció al ángel y corrió a casa para darle a Juan el regalo que tanto deseaba. La sonrisa en el rostro de su hijo fue el mejor regalo que María pudo recibir en esa Navidad.