Lo que llama la atención cuando hablas con matemáticos es ese brillo en sus ojos y su repentina voz alegre que intenta compartir contigo un concepto, una teoría. Utilizan continuamente palabras como invención, belleza, libertad. Entonces te preguntas: ¡cómo un lenguaje tan rico, esta proposición cuasi filosófica sobre el mundo es rechazada por una mayoría, 'la única disciplina en la que uno se enorgullece de ser malo en eso'! ¡Pero durante 40 años, los matemáticos se han vuelto esenciales en la enfermedad y en la salud!