Cuenta la historia de una comunidad cristiana, en guerra con la industria del petróleo y el gas. Wiebo Ludwig es sospechoso de una serie de atentados con bombas en oleoductos cerca de su granja. Los atentados se hacen eco de una campaña de sabotaje que emprendió hace 10 años: barricadas en carreteras, voladuras de pozos, que culminaron con la muerte sin resolver de una adolescente. Los Ludwigs viven de acuerdo con sus valores religiosos. Son autosuficientes en alimentos y energía, pero aislados, con siete hijos adultos solteros y 38 nietos. Creen que quienes no comparten sus creencias, como el cineasta David York, viven en una terrible oscuridad.