En 2008, Loke Hakansson estaba de vacaciones familiares en el sur de Italia cuando su esposa y su hija fueron secuestradas. Tras un intento de intercambio fallido, tanto su esposa como su hija fueron asesinadas.
Diez años más tarde, Hakansson es contactado por un detective local que ha reabierto el caso y tiene nueva información. A regañadientes, Hakansson viaja de vuelta a Italia para encontrarse con el detective.
Cuando llega, descubre que el detective ha cometido "suicidio". Para su consternación, Hakansson queda atrapado en una red de engaños que lo obliga a cometer actos de violencia para entender qué le sucedió a su familia.