Siempre hay un camino a la derecha
En una pequeña aldea perdida en medio de un bosque, vivía un joven llamado Juan. Desde pequeño, Juan había escuchado a los ancianos del pueblo hablar sobre un camino misterioso que se abría en medio del bosque y que llevaba a un lugar mágico donde todos tus deseos se hacían realidad.
Un día, decidido a encontrar ese camino, Juan se adentró en el bosque sin mirar atrás. Durante horas caminó entre los árboles, esquivando ramas y piedras, hasta que finalmente, se encontró frente a una bifurcación. A su izquierda, un camino ancho y despejado; a su derecha, un sendero estrecho y oscuro.
Confundido, Juan recordó las palabras de los ancianos: "Siempre hay un camino a la derecha". Sin dudarlo, tomó el sendero de la derecha y siguió adelante. A medida que avanzaba, el bosque se volvía más denso y las sombras más oscuras, pero Juan no se detuvo.
Finalmente, después de horas de caminar, Juan llegó a un claro en medio del bosque. Allí, se encontró con una fuente de agua cristalina y un árbol frondoso que parecía brillar con luz propia. Emocionado, Juan se acercó y bebió del agua de la fuente, sintiendo una paz y felicidad que nunca antes había experimentado.
Desde ese día, Juan se convirtió en el guardián del camino a la derecha, ayudando a todos los que se aventuraban a encontrar su camino hacia la magia y la felicidad.
Toque | Título | Artista |
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Siempre hay un camino a la derecha
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