A lo largo de la década de 1980, Miami, Florida, estuvo en el centro de un cambio racial y cultural que tuvo lugar en todo el país. Abrumada por los disturbios y las tensiones, Miami era una ciudad en constante cambio, y el equipo de fútbol de la Universidad de Miami sirvió como un microcosmos para esta evolución. La imagen de la universidad predominantemente blanca cambió para siempre cuando el entrenador Howard Schnellenberger recorrió algunos de los guetos más duros de Florida para reclutar jugadores en su mayoría negros para su equipo. Con una arrogancia de nueva marca, inspirada y alimentada por la cultura hip hop local de Miami en rápido crecimiento, estos Hurricanes adquirieron personalidades más grandes que la vida y ganaron cuatro títulos nacionales entre 1983 y 1991.