Saúl, rey de Israel, lucha por hacer lo que el Señor manda. A través del profeta Samuel, el Señor le ordena a Saúl que destruya a los amalecitas y mate a todos sus animales. Saúl se niega a matar a sus animales, diciendo que serán ofrecidos como sacrificio. Samuel le dice al arrogante Saúl que la obediencia es más importante que el sacrificio y le dice a Saúl que por desobedecer el mandato de Dios, Saúl perderá su Reino. Samuel visita a Isaí, un pastor con ocho hijos. Le dice a Isaí que el Señor necesita uno de ellos. Jesse presenta a sus hijos, incluido David, el más joven. Dios le dice a Samuel que unja a David como Rey de Israel. Todos están asombrados por la elección de Dios, porque Saúl sigue siendo el rey formidable. Ni Samuel ni nadie más sabe cómo Dios hará su voluntad. Los filisteos atacan a Israel con una nueva arma: un gigante llamado Goliat. Los hijos de Jesse se preparan para la batalla. Como es demasiado joven para el campo de batalla, David se queda atrás para cuidar los rebaños. Los filisteos ofrecen a los israelitas un desafío: soltero ...