Cuando las auroras boreales del verano cubren el paisaje helado, los animales de la Antártida están en un paraíso. Las ballenas vuelan sus fuentes de un metro de altura hacia el cielo, los pingüinos vuelan como pequeños cohetes en el agua, las focas se zambullen en busca de cangrejos bajo los brillantes témpanos de hielo. El Mar de Ross es una de las últimas áreas donde aún se puede experimentar la magia del continente helado. La película se acerca a esta región única a través de las islas subantárticas de Nueva Zelanda. Aquí la vida florece, aquí es verde y sin hielo. Así es como podría haber sido la Antártida antes de que el continente se separara del supercontinente Gondwana hace 180 millones de años y se dirigiera hacia el Polo Sur. La transformación es parte de su esencia, su diversidad biológica se ha mantenido hasta el día de hoy. Desde la bahía del Mar de Ross hasta la plataforma de hielo, desde las enormes colonias de pingüinos hasta los volcanes humeantes, cada estación abre un mundo lleno de sorpresas y lleno de vida al ritmo del hielo. Pero lentamente las consecuencias del cambio climático son ...