El artista Arne Friedman vive una vida excéntrica e imprudente. Proyecta sus deseos de amor y realización en la figura de una musa, él mismo se ha pintado. Pero al poco tiempo, abandona la búsqueda de una imagen real de esa figura onírica pintada desilusionada y comienza a dejarse llevar. Bebe, provoca a su entorno e incluso piensa en suicidarse, hasta que un misterioso extraño le promete ayuda.