Algunos dicen que abrazar el mayor talento de uno es hacer del mundo un lugar mejor. Otros ven a un hombre adulto que hace girar un hula hoop de cinco metros y se ríen de obsesiones triviales. Romper récords mundiales es una tradición misteriosamente seductora, inspiradora, imprudente y extraña a la vez. Sigue a un corredor, un recolector de uvas y un hombre que no va en bicicleta a ninguna parte mientras luchan contra las probabilidades, y sus respectivos némesis, en busca del dominio global. ¿Desde cuándo es trivial soñar?