Un vaquero solitario a la antigua, mientras pasa por el desierto llano y árido, para su sorpresa, ve a una damisela en apuros atada con gruesas cuerdas a una vía de tren pidiendo ayuda. Cuando la furiosa locomotora se acerca, sin demora, el héroe desinteresado se lanza a su rescate, sin embargo, un adversario infatigable y absolutamente impredecible bloquea sus esfuerzos: la mala condición física de la película. ¿Hay alguna salida a este horror del celuloide?