Es 1873, en el Territorio Indio. Talbot Roe está enloqueciendo de dolor por perder a su esposa india, Awbonnie. En un esfuerzo por salvarlo, su padre, Prescott Roe, busca comprar a la hermana de la esposa fallecida, Velada, del mismo carnaval ambulante del que adquirió a Awbonnie. El padre de las chicas, el maestro de carnaval Eamon McCree, está dispuesto a hacer negocios, pero su hermanastro, Reeves, protesta, poniendo fin a la negociación. Desesperado, Prescott secuestra a Velada y le promete los medios para deshacerse de su padre a cambio de consolar a Talbot de su obsesión. En la locura de Talbot, él guarda el cadáver de su esposa, impidiendo que pase al más allá. Como resultado, el espíritu de Awbonnie comienza a atormentar y maldecir a todos los involucrados en la transacción de venderla como esposa.
Mientras tanto, Reeves y Eamon buscan en la pradera a Velada. El ebrio Eamon varias veces quiere dar marcha atrás y dejar a su hija a su suerte, pero Reeves se niega. En el lugar de una partida de caza de indios, Eamon entra en pánico y pierde su montura. Reeves continúa la búsqueda solo, dejando atrás al padre ebrio y violador que solo se preocupaba por sí mismo, con el que siempre ha estado disgustado. Mientras tanto, los otros miembros del carnaval empacan y regresan al este, contentos de deshacerse del irrazonable maestro de carnaval.
En el lugar de la tumba, Talbot desconfía de todos los que intentan separarlo del cadáver de Awbonnie. Su espíritu enojado causa una conmoción con caballos desbocados y Prescott logra arrojar lo que queda del cadáver al fuego. Tan pronto como lo hace, Talbot parece recobrar el juicio, y Velada ve el espíritu de Awbonnie aparecer en las llamas, finalmente en paz. Talbot y Prescott logran alejarse del lugar de la tumba algo resignados a la muerte de Awbonnie, y Velada presumiblemente recoge los caballos y el oro de su acuerdo con Prescott. Eamon es finalmente capturado por los indios y parece dirigirse hacia un final funesto.