Aparca cualquier sutileza en el umbral. Los escupitajos y las polainas mantienen el ancla brillando en esta aventura de oficial naval. ¿Quién sabe lo que sigue? Los niños son preciosos. La interacción entre el hogar, la oficina y el barco te mantiene nervioso. La tristeza se instala cuando ves la disminución de la lealtad al propósito.