Para Granny Uti, Banyu lo es todo. Detrás de su compasión hay un sentimiento de tristeza, porque fue abandonado desde bebé por sus padres que no pudieron cuidarlo. Cuando entró en edad escolar, la abuela Uti se enfrentó a una amarga realidad: tiene un espectro de autismo y es difícil interactuar con su entorno. Entonces, apareció Radin, un nuevo niño en el bloque que no solo defendió a Banyu cuando fue intimidado, especialmente cuando Kinara hizo que su amistad fuera más completa. Hasta la edad adulta, Radin, Banyu y Kinara siguen siendo amigos, las semillas del amor crecen entre Radin y Kinara. Katrin una vez se las arregla para difamar a Banyu, como si la hubiera lastimado. Radin, que no entiende, se enoja mucho y lo deja.