Un mafioso envejecido está siendo transportado desde la prisión al juzgado de Niza, donde puede nombrar nombres. Milan, un asesino a sueldo, se registra en un hotel con vista al palacio de justicia; se prepara con un rifle de alta potencia para esperar. François, un fotógrafo autocompasivo cuya esposa lo ha abandonado, ingresa en la habitación contigua a Milán, con la intención de suicidarse. Su torpeza, su parloteo constante y sus llamadas a su ex y su esposo amenazan con impedir que Milán tenga éxito.