Dos jóvenes punks, Reena y Jessop, se conocen el día en que el Papa llega a Dublín en 1979. Su impía alianza los lleva a la cama y a la formación de The Dead Patriots, una banda punk. Tres años después, se han convertido en una gran banda en un pueblo pequeño. La oferta de un contrato discográfico único en Londres aumenta las tensiones que ya habían comenzado a crecer dentro del grupo.