En la ciudad de Stip, en Macedonia del Norte, se celebra una tradición anual en la que los hombres se lanzan al río para recuperar una cruz lanzada por un sacerdote ortodoxo. En esta ocasión, Petrunija, una mujer desempleada y soltera, se lanza al agua y logra atrapar la cruz antes que los demás hombres.
Este acto desata una controversia en la comunidad, ya que las reglas establecen que solo los hombres pueden participar en la competencia. Petrunija se niega a devolver la cruz y desafía a las autoridades y a la iglesia ortodoxa, quienes intentan obligarla a renunciar a su premio.
La historia de "Gospod postoi, imeto i' e Petrunija" aborda temas de género, tradición y poder, mostrando cómo una mujer valiente se enfrenta a la discriminación y lucha por su derecho a ser reconocida y respetada en una sociedad conservadora.
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Dios es mujer y se llama Petrunya
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