En su apartamento de Berlín, por donde pasan el S-Bahn y los trenes de larga distancia, la actriz Edith Clever lee el monólogo de Molly Bloom de "Ulysses" de James Joyce. Además del himno literario a la vida y la finitud, la película es un intento de sondear hasta qué punto el entorno y el público influyen en un texto y su presentación.