Rikke, de once años, vive sola con su padre, cuyo único interés en la vida parecen ser los partidos de fútbol que aparecen en su televisión. No es de extrañar que Rikke esté algo aburrido. Participa en un concurso organizado por una empresa de cereales que tiene como gran premio un caballo. Como vive en la ciudad en un apartamento del segundo piso, nunca se le ocurrió que podría ganar, pero gana. El caballo ("Mama-Mia") aparece debidamente, y ella y los miembros de su barrio pobre se unen para hacer frente a la situación de una manera encantadora.