Galicia, años 30. A pesar de los rápidos cambios en el mundo, las supersticiones siguen vivas en lugares remotos de esta tierra, una de las cuales es la creencia de que las brujas pueden, después de la muerte, convertirse en espíritus errantes que pueden dañar a los mortales. Por eso, cuando el santo tonto sordomudo Coitadino encuentra el cadáver sin sangre de una niña en el bosque, los habitantes de la aldea gallega ni siquiera dudan que su muerte sirvió a una especie de rito lúgubre. Pero, ¿quién y para qué utilizó un ritual tan poderoso? Las dos brujas conocidas por los lugareños guardan silencio, y el terrateniente local Don Rosendo continúa haciendo extrañas fiestas desde el punto de vista de los campesinos en su mansión, que a menudo se convierten en orgías desenfrenadas.