En un día nublado en un carnaval de un pueblo pequeño, un niño de tres años sin supervisión con una pequeña nota en la mano llora desconsoladamente. A medida que pasan los años, el mismo niño comenzará una carrera como intrépido acróbata trapecista, y en poco tiempo, alcanzará la cima siendo el más grande en su oficio. Realizado, con hijos, riqueza y reconocimiento, el hombre abandonará la empresa y su estilo de vida actual para emprender un viaje solitario de autoconciencia en los vastos paisajes de África, para nunca regresar. Allí comenzará la amistad más improbable - y después de dos años de ser dado por muerto - se reavivará una chispa, haciéndole darse cuenta de que aunque uno lo haya hecho y visto todo, puede sorprenderse de lo que le queda por hacer la vida oferta.