En la década de 1930, Charles Lang inventa un motor que funciona con agua como combustible. Pero cuando intenta patentarlo, primero le ofrecen una cantidad ridículamente baja. Cuando se niega, de repente varias personas lo presionan para que venda. Las grandes petroleras no quieren competencia. Ahora tiene que intentar evitar que se hagan con su idea y, de algún modo, conseguir que se publique.