Un piloto de carreras regresa de entre los muertos para buscar venganza contra su antiguo rival. Hace diecisiete años, Cutter McCullough y JJ Sawyer quemaban goma en las vías cuando McCullough murió en un accidente de fuego. A raíz de ese accidente, Sawyer estaba plagado de culpa de sobreviviente y juró no volver a correr nunca más. Casi dos décadas después, Sawyer se gana la vida transportando autos de carreras a la pista cuando decide hacer una visita a su antigua ciudad natal. Allí, ve que el automóvil de McCullough ha sido misteriosamente restaurado y siente una presencia familiar en el asiento del conductor: McCullough está de vuelta y está decidido a ajustar cuentas. Cuando Sawyer se convierte en el principal sospechoso de una espantosa serie de asesinatos, se da cuenta de que no es el único en peligro; su ex novia y su hija de alguna manera también terminaron en la lista de "matar" de McCullough, y si Sawyer no las salva, las carreteras pronto se pondrán rojas de sangre.