"Frank Gehry: una arquitectura de alegría" ilustra el entrelazamiento único del arte y la arquitectura a lo largo de la espectacularmente ecléctica carrera de Gehry. En este retrato, Gehry explora su trabajo de la década de 1990, incluido el Museo Guggenheim en Bilbao y el Museo Frederick R. Weisman en Minneapolis, así como su primera comisión europea, el Centro de Tecnología y Comunicación EMR en Bad Oeynhausen, Alemania. Al verse a sí mismo primero como un artista, Gehry analiza sus primeras relaciones en el mundo del arte y cómo la escultura, la pintura y el trabajo a pequeña escala han influido en su estilo arquitectónico. Como Rauschenberg, Johns y Warhol, ha introducido el "mal gusto" en sus conceptos, mientras se mantiene al margen del diálogo contemporáneo entre modernismo y posmodernismo. Ha traducido el vocabulario del arte contemporáneo a un lenguaje arquitectónico propio, desobedeciendo las reglas de su profesión y cuestionando sus convenciones históricas.