La gran historia de la reconstrucción de Japón en la posguerra se basa en la historia real del presidente de una compañía petrolera, a saber, Tetsuzo Kunioka, quien creía en el poder del petróleo, en oposición al carbón, para incitar al resurgimiento del país. Él cree que el resurgimiento de Japón debe ser impulsado por el petróleo y no por el carbón. Japón es débil, está en ruinas y tiene una ciudadanía devastada. Las potencias extranjeras miran y el país está aislado, pero el hombre se hace cargo de un petrolero en una misión secreta al Irán, rico en petróleo.