En marzo de 1979, el Marine Pfc. Robert Garwood emergió de 14 años de cautiverio en Vietnam, siendo un símbolo no deseado de un conflicto que aún persigue a muchos estadounidenses. Su aparición causó revuelo: todos los demás prisioneros de guerra estadounidenses conocidos habían sido liberados seis años antes. ¿Podría haber más? Pero lejos de recibirlo como un héroe que regresaba, el Cuerpo de Marines enjuició a Garwood por presuntamente colaborar con el enemigo, deserción, agresión a un compañero prisionero y otros cargos.
Casi dos docenas de ex prisioneros de guerra testificaron que Garwood había "adoptado las costumbres locales", convirtiéndose en un oficial del Ejército norvietnamita, portando un rifle, viviendo con sus captores, yendo y viniendo a su antojo y protegiendo a sus compañeros estadounidenses de 1966 a 1969. Garwood se declaró mentalmente incapacitado. El juez desestimó la mayoría de los cargos, pero en 1981 Garwood fue encontrado culpable de colaboración y agresión. Fue el único prisionero de guerra estadounidense condenado por su conducta en cautiverio en Vietnam.
El caso fue una nota dolorosa al pie de la Guerra de Vietnam, evocando algunos de los elementos más desgarradores del conflicto, especialmente la persistente creencia de que algunos de los aproximadamente 2,200 soldados listados como "desaparecidos en combate" aún estaban vivos, abandonados por su gobierno. Garwood recibió una baja deshonrosa e intentó construir una nueva vida como reparador de electrónica en la Costa Oeste. Pero 12 años después, Garwood y su extraña historia no desaparecen. Esta película es una versión de la historia presentada por Garwood: que fue un cautivo y fue traumatizado por la tortura.