Gatos viejos
Isadora (Belgica Castro) y Enrique (Alejandro Sievking) viven una vida cómoda. Tienen un apartamento modesto pero elegante en el antiguo distrito del centro de Santiago, completo con una encantadora terraza y vistas a la montaña. Ya en sus 80 años, ambos mantienen su independencia y viven felices con sus libros, su arte ecléctico y, sobre todo, con sus amados dos gatos grandes.
Isadora queda atrapada en su propio hogar
Hasta que un día, el ascensor del edificio se rompe y, incapaz de descender los diez pisos, Isadora queda prisionera en su propia casa. En ese momento inconveniente, la apasionada hija "chica mala" de Isadora, Rosario (Claudia Celedon) y su amante butch, Hugo, (Catalina Saavedra) llegan de visita con un nuevo "plan" para hacerse ricos. El único problema es que la pareja de ancianos debe ceder el contrato de arrendamiento de su apartamento.
Una nueva perspectiva
La lucha de poder entre madre e hija se intensifica cuando Isadora, comenzando a mostrar signos de inicio de senilidad, tiene una aventura casi peligrosa y valientemente desciende diez pisos y se adentra en las concurridas calles de Santiago. Una vez rescatada, madre e hija y sus respectivas parejas comienzan el lento proceso de perdón y comienzan a vislumbrar un nuevo futuro.
Una película conmovedora de humor negro y patetismo
Utilizando muchos de los mismos actores que en "La nana", Sebastián Silva y el co-director Pedro Peirano han creado una película conmovedora de humor negro y patetismo que refleja el a menudo traicionero territorio de las relaciones madre-hija y la empatía necesaria para encontrar un terreno neutral sobrevivible.
Reproducir | Título | Artista |
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Gatos Viejos
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Comentario
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Juan Andrés Silva:
Escritor
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