Erik Engman, de 35 años, alias Pinnen, es el tonto local. Recoge basura y come en la residencia de ancianos. Un día se le pide que pruebe el salto de altura en el campo del deporte. Se fascina y comienza a entrenar todos los días. Siendo tonto, no pasa mucho tiempo antes de que sea uno de los mejores del país y se le pida que compita en el Stockholm Stadion.