Caridad Amaran y Georgina Wong aprendieron el arte de la ópera cantonesa en La Habana de los años 30. El mentor de Caridad fue su padre adoptivo, Julian Fong, quien emigró a Cuba en la década de 1920 después de que su familia le prohibiera realizar ópera. El padre de Georgina era un sastre famoso en Chinatown, quien la animó a aprender Kungfu y la danza del león. Aunque ambos eran hijos solteros, formaron una hermandad en el escenario. A lo largo de la década de 1940, Caridad recorrió ciudades de toda Cuba con comunidades chinas, como una de las principales actrices de la compañía de ópera. Georgina dejó la ópera para asistir a la universidad, pero su estudio fue interrumpido por la revolución de Castro de 1959 y su servicio militar requerido. Con el tiempo, se convirtió en diplomática. Después de la jubilación y hasta bien entrados los sesenta, las dos hermanas intentan volver a interpretar la ópera cantonesa. ¿Encontrarán un escenario? ¿Encontrarán audiencia?