Cuando Antoine Combalat, un campesino, lee los periódicos, sabe que todo es un lavado de cerebro, pero las campanas de la iglesia han sonado: la Primera Guerra Mundial, que pondrá fin a todas las guerras, ha comenzado. Después de luchar durante un tiempo, el cuerpo se desiertos. Vive en las montañas de la Provenza, sobrevive a la naturaleza invernal, la caza y la pesca, de manera rousseauesca. La naturaleza, el bullicio, el magnífico paisaje parecen otro mundo, después de la matanza. Si fuera No por la llegada de un gendarme, nos olvidaríamos de todo sobre la guerra que están librando con su ganado humano.