Jean-Luc Godard no propone una historia cronológica del cine sino una doble exploración, un recorrido por la historia del siglo XX, en el país de las imágenes y una exploración de la creación del propio Godard, un autorretrato del director. Esta es la historia de las emociones creadas por el cine y la historia de la soledad del creador. Con extractos de películas famosas, Godard muestra cómo el cine debe luchar contra la fotografía, la televisión y la literatura para reproducir lo real. Historias siempre inconclusas y sin embargo apasionantes, como dice Godard, "hay que quemar películas, quemarlas con fuego interior".