El documental sigue a Valentina Nappi en el transcurso de una noche aparentemente como muchas otras: dejada sola en una ciudad que no es la suya, invitada por una noche en el estudio de un artista, Valentina le envía un mensaje a Lorenzo y, mientras espera a que se una ella, se desnuda, pone un disco, curiosa, espera. Cuando llega Lorenzo, todavía cena. Charlan mientras él come su hamburguesa. Tienen opiniones diferentes sobre la complicidad entre sexo y comida. Entonces finalmente se desnudan, se besan, se ríen. Los han extrañado. Son amantes, tienen veinte años, hacen el amor mucho tiempo hasta que se duermen.