Los recuerdos de Argentina a principios de la década de 1950 traen a un hombre de regreso (en su mente) a su vecindario, su familia y su ferretería. Aunque el barrio estaba lleno de gente tanto a favor como en contra de Juan Perón, quien estaba en el cargo de presidente en ese momento, los lazos de amistad eran más fuertes que las diferencias políticas. Esta vista, y la vista mantenida a lo largo de la película, es la del hombre cuando era niño. Los clips de los noticieros y las escenas del funeral de Evita Perón insertan una perspectiva adulta, aunque todavía hay un elemento de indecisión a lo largo de la película en cuanto a qué perspectiva debe mantenerse.