Una anciana de 60 años recuerda los momentos culminantes de su vida. En su infancia mostró respeto por sus padres y la comunidad social circundante. Cuando fue a la escuela descalza, el sacerdote de la clase de religión se ofreció a comprarle zapatos, pero su padre se negó por sentido de su propia responsabilidad. Ella llevó este simple código de vida al presente. Se casa con un chico sin pretensiones y finalmente tienen dos hijos. Cuando su esposo se ahoga accidentalmente, ella cría a los niños y, cuando crecen, está allí para ayudarlos en sus problemas diarios.