Berlina. Grisha, un niño ruso-alemán, juega con una pistola de juguete. Cuanto más juega, más se adentra en una realidad alterada. Los límites entre el presente y el pasado comienzan a difuminarse. Aparecen imágenes de un Berlín pasado; las calles y los edificios aún guardan recuerdos de la guerra. De repente, se ve atrapado en una pesadilla de otra vida.