Paz y Miguel tienen un matrimonio aparentemente feliz. Pero tras trasladarse a Logroño, donde Miguel ha sido trasladado como juez, su vida de pareja cae en la monotonía y sufre una grave crisis pasional. Como resultado, comienza una relación amorosa con Alfredo, un chico de dieciséis años. Su vecino, Martial, testigo de la infidelidad, decide chantajearla, obligándola a mostrarse para que él pueda mirarla con sus binoculares, mientras ella pasea desnuda frente a la ventana.