Para hacer la depresión de Sidney aún más dolorosa, Clifford Anderson, un estudiante de uno de los seminarios de escritura de Sidney, recientemente le envió a su mentor una copia de su primer intento de obra de teatro para que Sidney la revisara y le diera consejos.
La obra, "Deathtrap", es un thriller de cinco personajes y dos actos tan perfecto en su construcción que, como dice Sidney, "ni siquiera un director talentoso podría dañarlo". Utilizando su habilidad para la trama, y debido a su desesperado deseo de ser nuevamente el centro de atención en Broadway, Sidney, junto con Myra, idean un plan casi impensable: atraerán al aspirante a dramaturgo a la casa de los Bruhl, lo matarán y presentarán el guion infalible como propio de Sidney.
Pero poco después de la llegada de Clifford, queda claro que las cosas no son lo que parecen. Incluso Helga Ten Dorp, una psíquica entrometida de al lado, y Porter Milgram, el observador abogado de Sidney, solo pueden especular dónde se encuentra la línea entre la verdad y el engaño.