La adolescente Yuna vive en una pequeña isla de Okinawa en el sur de Japón. Su isla tiene poca tecnología, ninguna escuela secundaria y ninguna alternativa a cuidar la tierra o el agua para ganarse la vida. Los adolescentes deben decidir quedarse y comprometerse con los elementos o irse a la educación superior. Sin embargo, la isla tiene una comunidad que viene con una cultura e idiosincrasia muy unidas. Cómo proceder, progresar y evolucionar se convierten en cuestiones de conciencia, tensión, impulso e inercia.