Gajiroo no posa ni finge y, en cambio, es honesto en que es un tipo promedio al que solo le importa el efectivo y lo bonita que es la chica. Un día lo atropella un automóvil, pero afortunadamente lo sobrevive. Sin embargo, el conductor y los pasajeros del automóvil no tienen tanta suerte como él. Aún más asombroso, los espíritus de los cuatro aparecen frente a él y le piden ayuda a cambio de una considerable suma de dinero que dejaron en el mundo material.