En la película Murder by Phone, un asesino en serie utiliza un teléfono para cometer sus crímenes. La trama se centra en un periodista llamado Nat Bridger, interpretado por Richard Chamberlain, quien investiga una serie de misteriosas muertes que parecen estar relacionadas con llamadas telefónicas.
El asesino utiliza un tono de frecuencia específico para activar un chip en el teléfono de la víctima, lo que hace que su cabeza explote. Nat Bridger se une a una experta en tecnología llamada Anne, interpretada por Sara Botsford, para detener al asesino antes de que cause más muertes.
A lo largo de la película, Nat y Anne descubren pistas que los llevan a un antiguo experimento científico que salió mal, y se dan cuenta de que el asesino tiene un motivo personal para llevar a cabo sus crímenes. Con el tiempo en su contra, Nat y Anne deben encontrar al asesino antes de que sea demasiado tarde.