Flint Lockwood cree que es un genio. Pero ninguna de las cosas que inventó son cosas que tengan sentido o sean útiles. Sin embargo, cuenta con el apoyo de su madre, pero cuando ella muere, se queda solo con su padre, quien cree que debería renunciar. Cuando la comunidad en la que vive atraviesa una crisis económica porque su principal fuente de ingresos, una fábrica de conservas de sardinas, fue cerrada, Flint decide probar su último invento, una máquina que puede convertir el agua en comida. Pero algo sale mal y la máquina termina en la atmósfera. Más tarde comienza a llover comida. El astuto alcalde intenta utilizar esto como una forma de ayudar a su comunidad, pero cuando Flint detecta que algo anda mal con la máquina, el alcalde lo convence de que lo ignore. Sin embargo, como predice Flint, sobreviene el caos.