Los misteriosos y horripilantes asesinatos de una madre y una hija dejan perplejos a los investigadores de la policía. Quedaron pocas pistas. El asesino no pudo haber huido por las ventanas porque estaban clavadas. Los vecinos tampoco vieron salir al asesino. Parece que la única persona con las habilidades para resolver el crimen es Auguste Dupin, quien ha sido liberado del departamento de policía por el nuevo prefecto. Después de mucha persuasión de su hija, cuyo prometido está acusado del crimen, Dupin comienza a investigar el caso por su cuenta y arma un escenario bastante interesante para resolver el crimen.