El estudiante de secundaria Bernard descubre que es el fruto de una aventura de una noche con su madre. Desprecia al hombre que lo crió, que no es su verdadero padre, y huye de casa, refugiándose con un amigo, Olivier. Olivier es un chico tímido, falto de afecto, que intenta encontrar con su tío Edouard. La atracción entre los dos es mutua aunque ninguno logra expresar sus sentimientos. A través de una combinación de circunstancias, Edouard contrata a Bernard como su secretario, y ambos se van para una estancia en las montañas. En un pique de celos, Olivier se deja seducir por el Comte de Passavant, un escritor rico y de moda, también cínico y manipulador. El conde ejerce una influencia perniciosa sobre el niño, que se vuelve brutal y odioso. Al darse cuenta de esto, se hunde en la depresión, sin saber cómo encontrar la salida.